Ante la imposibilidad de atacar la cumbre del Moncayo, por la fuerza del cierzo, el jefe de expedición decidió que nos trasladásemos a las Peñas de Herrera. En tres horas y media, incluidas fotos, hicimos la excursión. El desnivel iba de 880 m. a 1.500 m. (el punto más alto que alcanzamos) siendo la bajada un rompepiernas continuo y pinchudo. La recompensa en Añon con un estupendo asado a 15,15 h..
Además hay que añadir que una vez mas tuvimos durante toda la excursión la grata compañía de tres canes que prefirieron nuestra compañía que la de sus dueños que para pasar el domingo se dedican a matar animalicos por el monte,(ellos si que son animales).
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